Paloma del Río: “Cuando era becaria, me metieron mano”
- Inés Zubiaga Cordero
- 5 mar 2023
- 8 Min. de lectura
Actualizado: 12 mar 2023
La madrileña fue una de las mujeres pioneras en el periodismo deportivo español

Paloma del Río (Madrid, 4 de abril de 1960) estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, y enseguida dio el salto a la televisión, donde formó parte del grupo de mujeres pioneras en el periodismo deportivo español. Durante 37 años ha puesto voz a las competiciones de gimnasia rítmica y artística, patinaje artístico e hípica en TVE, muchas de ellas enmarcadas en los Juegos Olímpicos, de los que ha cubierto 16 ediciones. A unos meses de dejar la cadena que le ha visto crecer, del Río participa en numerosas mesas redondas y congresos a favor de los derechos de las mujeres y del colectivo LGTBI.
¿Cuándo comenzó a desarrollarse su interés por el periodismo?
No tuve claro que iba a ser periodista hasta que no terminé la selectividad y tenía que hacer la inscripción en el rectorado de la Complutense para acceder a una plaza en la universidad. Tenía tres carreras claras —Políticas, Psicología y Periodismo—, y de camino al rectorado fue cuando decidí que la primera elección iba a ser la de Periodismo.
¿Por qué periodismo deportivo?
Siempre me ha encantado. Los recuerdos que tengo con 6-7 años son imágenes de partidos de fútbol, que es lo que se retransmitía en ese momento. Aunque esto no quita que me lea 13-14 periódicos diariamente.
Si en la beca de la tele me hubieran dicho que tenía que estar en otra sección, pues la hubiera desarrollado perfectamente, excepto la de los toros, no puedo con el maltrato animal. Pero como me dieron a elegir, pues elegí lo que vocacionalmente quería hacer, que era ser periodista deportiva.
Forma parte del grupo de mujeres pioneras en el periodismo deportivo español. ¿Cómo fueron sus inicios en una profesión dominada por los hombres? ¿Cómo han cambiado las cosas desde que empezó?
Pues al principio no fue fácil. Yo llegué a la tele con la beca en el verano del 86. Allí había un grupo de mujeres encabezado por Mari Carmen Izquierdo, pero los redactores eran mayoritariamente hombres de 50-60 años. Mari Carmen Izquierdo nos abrió mucho camino, no se cortó con nadie, ni siquiera con los entrevistados. De hecho, hay una famosa entrevista con Santiago Bernabeu donde él le hace unas consideraciones muy machistas, pero ella le planta cara, no se arruga y mantiene el tipo.
Yo tuve la sensación de que los veteranos me miraban como si fuera una intrusa, como diciendo: “¿Qué hace esta mujer aquí?”. En ese momento el periodismo era machista, masculino, con lenguaje andrógino, dirigido a hombres, consumido por hombres, etc. De hecho, a mí hasta me metieron mano cuando estaba de becaria, no te digo más. Era inapreciable el número de mujeres a las que les gustaba el deporte, pero también las había; mi madre, por ejemplo.
Pero no creas que ha cambiado mucho la cosa. Lo que sí hay son más estudios en torno a esto, muchas tesis, muchos Trabajos de Fin de Grado, muchos Trabajos de Fin de Máster y se está analizado ese fenómeno de lo que se cubre en el periodismo deportivo y quien lo consume.
¿Qué cosas del periodismo actual cambiaría?
Pues cambiaría muchas cosas. Trataría de darle más espacio en prensa, radio y televisión al deporte femenino, aunque sea por la fuerza, es decir, aunque sea porque el empeño personal del periodista, del redactor, del editor, sea cual sea, todos los días se de en algún momento una noticia sobre deporte femenino en ese barullo de información a la que llaman información deportiva, que es información fundamentalmente de fútbol. Los medios de comunicación somos los grandes responsables de este maltrato o de esta infravaloración del deporte femenino y cómo se comunica.
Se dice que hoy en día cualquiera que disponga de acceso a internet puede hacer periodismo. ¿Qué opina al respecto?
Pues no, me parece que esto si se lo dices a un abogado o a un cirujano, dirán que no. Yo creo que una cosa es que tu te pongas a hablar y te hagas experto en un tema, pero eso ni te cataloga ni te capacita para ser periodista. Faltaría más, me parece una ofensa que se digan estas cosas.
Si estamos hablando de Ibai me parece que es una oferta muy entretenida, muy divertida, pero hay que decirlo: este señor no es periodista. Tiene un don para la comunicación fabuloso, pero periodista no es. Puede hacer una tertulia entretenida, divertida, interesante, etc. De hecho ahí tiene sus espectadores, y la prueba es que tiene mucha fama y le sigue mucha gente, pero de ahí a catalogarlo como periodista… Sinceramente me parece una falta de respeto.
Hablando de Ibai Llanos y a raíz de la entrevista que le hizo a Messi a su llegada al PSG, muchos periodistas le han criticado por intrusismo laboral. ¿Cree que llevan razón, o por el contrario que el periodismo debería reinventarse?
No creo que el periodismo deba reinventarse. Ahora bien, ¿qué existen otras vías de comunicación y entretenimiento? Muy bien. Y evidentemente ahí tenemos que ser los periodistas los que seduzcamos a los protagonistas que queremos tener, y en este caso Ibai Llanos le hizo una oferta atractiva que aceptó. Quizá Messi no veía animadversión hacia su persona a través de Ibai Llanos. ¿Qué escuece? A mí creo que más que escocer y cogerte la rabieta porque a ti no te han dado la entrevista, que es lo que me pareció ese momento, lo que deberíamos plantearnos es qué hace Ibai que nosotros los periodistas no hacemos, y por qué Ibai ha conseguido esa entrevista y los demás no. Más que echarle la culpa al de al lado tendríamos que hacer autocrítica.
Las redes sociales han aportado numerosos beneficios al periodismo, pero ¿de qué manera cree que le perjudican?
Las redes sociales son muy perversas en muchos asuntos. Algo que nació como un medio de comunicación rápido, donde a base de titulares te puedes informar, cuando llega el momento de la opinión es cuando se convierte en un estercolero desde mi punto de vista. Yo he dejado prácticamente de entrar en Twitter porque me parece tremendo. Instagram, por ejemplo, me parece más amable.
Como periodista que ha dado voz al deporte femenino y a los deportes minoritarios, ¿cree que la cobertura y el tratamiento que reciben hoy en día es correcto?
No, es completamente insuficiente. Clara Sainz de Baranda en su tésis doctoral hizo un estudio desde el año 1979 hasta el año 2010 del Marca, el Sport, el Mundo Deportivo y el AS. En las conclusiones se puede ver qué tipo de titulares se dan, cómo se dan, qué cantidad de noticias se dan… Vamos, no llegamos al 10% en ningún caso. Cuando hay que titular una noticia mixta, por ejemplo de un triatlón, atletismo o cross, el titular siempre es para el ganador de la categoría masculina. Lo mismo ocurre en el caso de las fotografías. El género periodístico que trata fundamentalmente el deporte femenino son los breves, al final de la página.
Casualmente Chantal Reyes hizo para la Universidad del País Vasco el Trabajo de Fin de Grado también analizando esos cuatro periódicos y mucho más cercano a nuestro tiempo, en el año 2016 o 2017. Bueno, pues este estudio apenas varía un 1% con respecto a las cifras que daba Clara Sainz de Baranda. La cobertura deja mucho que desear y solo con el empeño de las personas es como se consigue el que aumente el número de noticias, la visibilidad, las mesas redondas, etc.
¿Qué momento de su carrera recuerda con más cariño? ¿Y cuál por su dureza o dificultad?
Con más cariño siempre los Juegos de Barcelona, porque tiene un componente emocional que no tienen los demás. Hacer unos Juegos Olímpicos —yo he hecho 16, 9 de verano y 7 de invierno—, pues me da para mucho, pero siempre son competiciones muy emocionantes y muy épicas.
Por su dificultad a nivel emocional, quizás en los Juegos de Vancouver del año 2010. En el programa corto de patinaje en la categoría femenina cuando tenía que salir la patinadora local, Joannie Rochette, que perdió a su madre tres días antes por un infarto. La madre estaba en un depósito de cadáveres de Vancouver y ella tuvo que tomar la decisión de si iba a competir o no. Al final tomó la decisión de hacerlo, porque se le proporcionó ayuda psicológica, se les aisló un poco de los medios y de la turba que suponía un acontecimiento así, tan dramático. El Comité Olímpico hizo una excepción con ella, permitiéndole que no saliera a las ruedas de prensa hasta que no terminara la competición, y el pabellón aquel de hielo en el momento en el que ella salía a competir, era eléctrico. Había una tensión tremenda, muchísima emoción, y yo creo que a nivel humano todos los que estábamos allí, periodistas, espectadores, medios de comunicación, todos; tuvimos la sensibilidad de arropar a aquella chavala que salía a competir con su madre en un depósito de cadáveres a pocos metros de donde estábamos. Ella terminó la competición y se derrumbó. Terminó siendo medalla de bronce. Creo que ha sido uno de los momentos más emotivos y más bonitos de mi carrera.
También el último Campeonato de Europa de Patinaje, en el que sabíamos que era la última competición de Javier Fernández, y que luchaba también por ser campeón de Europa y lo consiguió, consiguió su séptimo título de campeón de Europa y fue muy muy emocionante. De hecho, en la transmisión yo me rompo y me pongo a llorar.
Dentro del periodismo, ¿hay algún otro ámbito en el que le hubiese gustado especializarse?
Pues sí, me hubiera gustado especializarme en el periodismo de viajes o en el periodismo culinario. Por ejemplo, la política es una cosa que me gusta como espectadora, pero me parece que para estar ahí dentro es un mundo un poco complicado. Cuando estaba en informativos, Paco Lobatón, que presentaba en aquel momento los telediarios, dejó de presentarlos y se encargó de hacer el Programa Parlamentos y me quiso llevar a su programa para que yo me especializara. Yo se lo agradecí, pero no me veía.
Después de toda una vida en TVE, ¿en qué emplea su tiempo ahora? ¿Tiene en mente algún reto futuro a nivel profesional?
¡Yo sigo trabajando! Hasta el 5 de septiembre de este año, sigo trabajando. Cuando no tengo que trabajar me gusta pintar, me gustan mucho las manualidades, hago mosaicos también y muchas mesas redondas y congresos de mujer, de igualdad, de derechos LGTB, etc.
He escrito tres libros y creo que mi curiosidad intelectual no va a parar por mucho que yo deje de trabajar en TVE, pero creo que después de 37 años en la tele y 43 años cotizados, llega un momento en el que tu cuerpo te dice que físicamente estás empezando a tener goteras y que tu mente te dice que ya has hecho todo lo que tenías que hacer. Tengo 24 reconocimientos, de los más importantes que puedes conseguir como periodista en España, y yo me siento muy satisfecha.
¿Tiene alguna “espinita"clavada de algo que le gustaría haber hecho, pero que no ha podido cumplir?
Yo creo que un periodista deportivo tiene que aspirar a estar en los dos grandes acontecimientos que desde mi punto de vista hay: los Juegos Olímpicos, que eso lo tengo cumplido más que de sobra, y una final de la Copa del Mundo de fútbol. Pero si que es verdad que yo no me veo haciendo fútbol. No me he visto nunca y no lo he hecho nunca, entonces pienso: “¿Qué pinto yo allí?”. Pero ya fuera del ámbito deportivo, me hubiera gustado hacer el Festival de Eurovisión. Ya ves tú que tontería, pero me encanta, me lo paso muy bien. Pero claro, no depende de mí ni depende de deportes. También me hubiera gustado seguir narrando el patinaje en las dos últimas temporadas como broche a mi carrera deportiva, pero la dirección de deportes ha considerado que no había que comprarlo, así que las dos últimas temporadas solo he hecho gimnasia, volleyball y algo de esquí.
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